Luis Antonio Sánchez Figaredo
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El lugar emblemático de hace muchos años , la atención buena al igual que la comida . Las mesas para dos personas muy pequeñas y un poco antiguas , de mármol . En la planta de abajo los baños , bastante descuidados y con un olor insoportable a aguas fecales paradas . Relación calidad precio un poquito caro , pero lo mejor es que vayáis y probéis , para poder dar una opinión .
Llegué a este local no por la comida, sino por el chocolate con churros. Por lo visto es parte del complejo San Ginés que ha ido tomando el barrio. En lo que a mi pedido respecta, GENIAL!!! Tuve que volver un par de veces para disfrutar esa exquisitez. Bonito el lugar, buena la atención. Los baños quedan en el sótano, en caso de que lo visiten personas con problemas de movilidad... aunque eso es muy común en Europa.
Es la segunda vez que venimos y se va a convertir en visita obligada cuando vengamos a Madrid. El trato es muy bueno y la comida riquísima. Tienen un salón en el sótano con un ambiente muy acogedor. Las milhojas de berenjena estaba tremenda y 100% recomendable los raviolis rellenos de espinaca, mi plato preferido hasta el momento
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